SOFONÍAS
INTRODUCCIÓN
El profeta y su medio
El título de este escrito (
1.1
) incorpora los nombres de los ascendientes de Sofonías hasta su tatarabuelo Ezequías, en el que algunos creen ver al rey de Judá a quien se refiere 2 R. 18.1—20.21 (cf. 2 Cr. 29.1—32.33; Is. 36.1—39.8), y ciertamente el nombre es el mismo, y el tiempo en que vivió el antepasado del profeta parece corresponder también al del gobierno de aquel monarca (721-693 a.C.); sin embargo, tales coincidencias no bastan para llegar a la conclusión de que se trata de la misma persona.
El dato biográfico transmitido por el libro de Sofonías es que el profeta desarrolló su actividad durante el reinado de Josías sobre Judá (640-609 a.C.). Fue en aquella época cuando se recuperaron las antiguas tradiciones del pueblo y cuando se puso freno al grave deterioro que la religiosidad judía había sufrido durante los reinados de Manasés y de Amón (
2 R. 21.1-26
); y fue también entonces cuando, habiéndose descubierto en el 622 a.C. el libro de la ley, Josías emprendió la reforma del culto de Jerusalén (2 R 22.3—23.25; 2 Cr. 34.8—35.19).
Probablemente, a Sofonías le tocó jugar un importante papel en el proceso del rearme moral y espiritual de Judá; pero dado que su proclama encaja más bien en una época de depravación y en una sociedad dominada por el paganismo, y además, dado que no contiene la menor alusión a las reformas de Josías, es fácil suponer que la actividad del profeta corresponde a un tiempo algo anterior a la puesta en marcha de la obra realizada por el rey, quizás a los años 630 a 625 a.C.
El libro y su mensaje
El mensaje profético de
Sofonías
(Sof) comienza con el anuncio de un desastre de dimensiones universales. Jehová afirma que, a causa de los pecados de Judá, va a destruir «todas las cosas de sobre la faz de la tierra», lo mismo a seres humanos que a bestias. Solo se salvarán –«quizá»– los «humildes de la tierra» y los que de veras buscan actuar con justicia (1.2—2.3). En una segunda sección (2.4—3.8), el oráculo del profeta se proyecta más directamente sobre los enemigos de Judá. El juicio de Dios alcanzará a las naciones paganas, desde los filisteos habitantes de las costas mediterráneas hasta los asirios de la Mesopotamia. En tercer lugar (
3.9-20
), la voz de Sofonías proclama un mensaje de esperanza dirigido al pequeño resto, al «remanente de Israel» (v. 13), al «pueblo humilde y pobre» (v. 12) que habrá sobrevivido a la catástrofe. A este le anuncia el profeta «pureza de labios» para invocar el nombre de Jehová (v. 9), y liberación definitiva de toda cautividad (v. 19).
El tema central del mensaje de Sofonías es el anunciado «día grande de Jehová» (1.7,10,14), tema que ya había despertado el interés de otros profetas (cf. Am. 5.18-20). Sofonías lo describe con sombrías pinceladas: «Día de ira aquel día, día de angustia y de aprieto, día de alboroto y de asolamiento, día de tiniebla» (
1.15
). En él habrá clamor, castigo y saqueo, y en él gritarán los valientes (
1.8-13
). Pero también ese día terrible pondrá fin al dominio de la maldad sobre la tierra y a la indiferencia de quienes piensan que Dios permanece ajeno al drama de la existencia humana (
1.12
).
Esquema del contenido:
1. El día de la ira de Jehová
(1.1-18)
2. Juicios contra las naciones vecinas
(2.1-15)
3. El pecado de Jerusalén, y su redención
(3.1-20)