SEGUNDA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL SAN PABLO A TIMOTEO
INTRODUCCIÓN
Fecha y lugar de redacción
Esta
Segunda epístola a Timoteo
(2 Ti), discípulo y colaborador de Pablo, tiene un acento especialmente dramático. Según algunos interpretan los testimonios que encontramos en la propia carta, su redacción puede situarse en la época de Nerón, por los años 66 o 67, cuando el apóstol se encuentra preso en Roma (
2.9
1.8
16-17
).
Ya anteriormente había pasado dos años en la cárcel, en la capital del imperio; pero fueron dos años de prisión atenuada, de un régimen abierto que incluso le permitía disponer de vivienda independiente (
Hch. 28.30
). Después de esto, parece que fue puesto en libertad, y que durante algún tiempo pudo dedicarse nuevamente a su labor de apostolado en Macedonia, Creta, Asia Menor y otros lugares.
Pablo encarcelado
Más tarde, Pablo volvió a ser apresado; pero esta vez, que es la referida en
2 Timoteo
, la situación resultó por completo diferente. Él mismo dice que las condiciones de su cautiverio eran ahora tan duras que incluso se le trataba «a modo de malhechor» (
2.9
), lo cual significa, entre otros males, que estaba sujeto con cadenas (
1.16
). Y el término previsible de sus expectativas era el de una cercana ejecución: Porque «yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano» (
4.6-8
).
A la gravedad de esta situación personal del apóstol habría que añadir una gran tristeza, causada por el mal comportamiento de algunos, como Demas y Alejandro el calderero (
4.10
14
), y por verse olvidado de otros en circunstancias muy difíciles y angustiosas (
4.16
).
Es probable, además, que su salud se hubiera quebrantado en la prisión, y que careciera de la indispensable ropa de abrigo (
4.13
). Todo esto le ocurría cuando solamente tenía a su lado a Lucas (
4.11
), pues sus otros colaboradores se hallaban ausentes de Roma, entregados al cumplimiento de sus respectivas tareas y ministerios. Esa desfavorable acumulación de circunstancias explica la insistencia con que Pablo ruega a Timoteo: «Procura venir pronto a verme» (
4.9
), «Procura venir antes del invierno» (
4.21
).
Respecto del destinatario, véase la
Introducción a 1 Timoteo.
Propósito
De la presente epístola, la última del apóstol, se ha dicho que representa su testamento espiritual. En ella exhorta a su «amado hijo» Timoteo (
1.2
) a mantenerse fiel y a no avergonzarse de ser testigo de Jesucristo (1.6—2.13). Y le encarga que anuncie con diligencia el evangelio (3.14—4.2), que amoneste con prudencia a los creyentes (
2.14
), que los corrija con humildad (
2.24-25
) y que esté dispuesto a hacer frente a las penalidades «como buen soldado de Jesucristo» (
2.3
2.9
3.12
4.5
).
La epístola también previene a Timoteo contra conductas desviadas que algún día podrían llegar a introducirse en la iglesia, cuando gente con «apariencia de piedad» (
3.5
), «hombres corruptos de entendimiento, réprobos en cuanto a la fe» (
3.8
), se «apartarán de la verdad… y se volverán a las fábulas» (
4.4
).
Ante el previsible próximo final de su vida (
4.6-8
), el apóstol aconseja a su discípulo acerca del mejor cumplimiento de la responsabilidad pastoral que le había encomendado: «que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos» (
1.6
); «esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús» (
2.1
); «haz obra de evangelista, cumple tu ministerio» (
4.5
).
La carta concluye con una serie de instrucciones, recuerdos personales y saludos.
Esquema del contenido:
Salutación
(1.1-2)
Testificando de Cristo
(1.3-18)
Un buen soldado de Jesucristo
(2.1-13)
Un obrero aprobado
(2.14-26)
Carácter de los hombres en los postreros días
(3.1-17)
Predica la palabra
(4.1-8)
Instrucciones personales
(4.9-18)
Saludos y bendición final
(4.19-22)