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Jeremías 40

Jeremías y el remanente con Gedalías

1 Palabra de Jehová que vino a Jeremías, después que Nabuzaradán capitán de la guardia le envió desde Ramá, cuando le tomó estando atado con cadenas entre todos los cautivos de Jerusalén y de Judá que iban deportados a Babilonia.

2 Tomó, pues, el capitán de la guardia a Jeremías y le dijo: Jehová tu Dios habló este mal contra este lugar;

3 y lo ha traído y hecho Jehová según lo había dicho; porque pecasteis contra Jehová, y no oísteis su voz, por eso os ha venido esto.

4 Y ahora yo te he soltado hoy de las cadenas que tenías en tus manos. Si te parece bien venir conmigo a Babilonia, ven, y yo velaré por ti; pero si no te parece bien venir conmigo a Babilonia, déjalo. Mira, toda la tierra está delante de ti; ve a donde mejor y más cómodo te parezca ir.

5 Si prefieres quedarte, vuélvete a Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán, al cual el rey de Babilonia ha puesto sobre todas las ciudades de Judá, y vive con él en medio del pueblo; o ve a donde te parezca más cómodo ir. Y le dio el capitán de la guardia provisiones y un presente, y le despidió.

6 Se fue entonces Jeremías a Gedalías hijo de Ahicam, a Mizpa, y habitó con él en medio del pueblo que había quedado en la tierra.

7 Cuando todos los jefes del ejército que estaban por el campo, ellos y sus hombres, oyeron que el rey de Babilonia había puesto a Gedalías hijo de Ahicam para gobernar la tierra, y que le había encomendado los hombres y las mujeres y los niños, y los pobres de la tierra que no fueron transportados a Babilonia,

8 vinieron luego a Gedalías en Mizpa; esto es, Ismael hijo de Netanías, Johanán y Jonatán hijos de Carea, Seraías hijo de Tanhumet, los hijos de Efai netofatita, y Jezanías hijo de un maacateo, ellos y sus hombres.

9 Y les juró Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán, a ellos y a sus hombres, diciendo: No tengáis temor de servir a los caldeos; habitad en la tierra, y servid al rey de Babilonia, y os irá bien.

10 Y he aquí que yo habito en Mizpa, para estar delante de los caldeos que vendrán a nosotros; mas vosotros tomad el vino, los frutos del verano y el aceite, y ponedlos en vuestros almacenes, y quedaos en vuestras ciudades que habéis tomado.

11 Asimismo todos los judíos que estaban en Moab, y entre los hijos de Amón, y en Edom, y los que estaban en todas las tierras, cuando oyeron decir que el rey de Babilonia había dejado a algunos en Judá, y que había puesto sobre ellos a Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán,

12 todos estos judíos regresaron entonces de todos los lugares adonde habían sido echados, y vinieron a tierra de Judá, a Gedalías en Mizpa; y recogieron vino y abundantes frutos.

Conspiración de Ismael contra Gedalías

13 Y Johanán hijo de Carea y todos los príncipes de la gente de guerra que estaban en el campo, vinieron a Gedalías en Mizpa,

14 y le dijeron: ¿No sabes que Baalis rey de los hijos de Amón ha enviado a Ismael hijo de Netanías para matarte? Mas Gedalías hijo de Ahicam no les creyó.

15 Entonces Johanán hijo de Carea habló a Gedalías en secreto en Mizpa, diciendo: Yo iré ahora y mataré a Ismael hijo de Netanías, y ningún hombre lo sabrá. ¿Por qué te ha de matar, y todos los judíos que se han reunido a ti se dispersarán, y perecerá el resto de Judá?

16 Pero Gedalías hijo de Ahicam dijo a Johanán hijo de Carea: No hagas esto, porque es falso lo que tú dices de Ismael.

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Jeremías 41

1 Aconteció en el mes séptimo que vino Ismael hijo de Netanías, hijo de Elisama, de la descendencia real, y algunos príncipes del rey y diez hombres con él, a Gedalías hijo de Ahicam en Mizpa; y comieron pan juntos allí en Mizpa.

2 Y se levantó Ismael hijo de Netanías y los diez hombres que con él estaban, e hirieron a espada a Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán, matando así a aquel a quien el rey de Babilonia había puesto para gobernar la tierra.

3 Asimismo mató Ismael a todos los judíos que estaban con Gedalías en Mizpa, y a los soldados caldeos que allí estaban.

4 Sucedió además, un día después que mató a Gedalías, cuando nadie lo sabía aún,

5 que venían unos hombres de Siquem, de Silo y de Samaria, ochenta hombres, raída la barba y rotas las ropas, y rasguñados, y traían en sus manos ofrenda e incienso para llevar a la casa de Jehová.

6 Y de Mizpa les salió al encuentro, llorando, Ismael el hijo de Netanías. Y aconteció que cuando los encontró, les dijo: Venid a Gedalías hijo de Ahicam.

7 Y cuando llegaron dentro de la ciudad, Ismael hijo de Netanías los degolló, y los echó dentro de una cisterna, él y los hombres que con él estaban.

8 Mas entre aquellos fueron hallados diez hombres que dijeron a Ismael: No nos mates; porque tenemos en el campo tesoros de trigos y cebadas y aceites y miel. Y los dejó, y no los mató entre sus hermanos.

9 Y la cisterna en que echó Ismael todos los cuerpos de los hombres que mató a causa de Gedalías, era la misma que había hecho el rey Asa a causa de Baasa rey de Israel; Ismael hijo de Netanías la llenó de muertos.

10 Después llevó Ismael cautivo a todo el resto del pueblo que estaba en Mizpa, a las hijas del rey y a todo el pueblo que en Mizpa había quedado, el cual había encargado Nabuzaradán capitán de la guardia a Gedalías hijo de Ahicam. Los llevó, pues, cautivos Ismael hijo de Netanías, y se fue para pasarse a los hijos de Amón.

11 Y oyeron Johanán hijo de Carea y todos los príncipes de la gente de guerra que estaban con él, todo el mal que había hecho Ismael hijo de Netanías.

12 Entonces tomaron a todos los hombres y fueron a pelear contra Ismael hijo de Netanías, y lo hallaron junto al gran estanque que está en Gabaón.

13 Y aconteció que cuando todo el pueblo que estaba con Ismael vio a Johanán hijo de Carea y a todos los capitanes de la gente de guerra que estaban con él, se alegraron.

14 Y todo el pueblo que Ismael había traído cautivo de Mizpa se volvió y fue con Johanán hijo de Carea.

15 Pero Ismael hijo de Netanías escapó delante de Johanán con ocho hombres, y se fue a los hijos de Amón.

16 Y Johanán hijo de Carea y todos los capitanes de la gente de guerra que con él estaban tomaron a todo el resto del pueblo que había recobrado de Ismael hijo de Netanías, a quienes llevó de Mizpa después que mató a Gedalías hijo de Ahicam; hombres de guerra, mujeres, niños y eunucos, que Johanán había traído de Gabaón;

17 y fueron y habitaron en Gerutquimam, que está cerca de Belén, a fin de ir y meterse en Egipto,

18 a causa de los caldeos; porque los temían, por haber dado muerte Ismael hijo de Netanías a Gedalías hijo de Ahicam, al cual el rey de Babilonia había puesto para gobernar la tierra.

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Jeremías 42

Mensaje a Johanán

1 Vinieron todos los oficiales de la gente de guerra, y Johanán hijo de Carea, Jezanías hijo de Osaías, y todo el pueblo desde el menor hasta el mayor,

2 y dijeron al profeta Jeremías: Acepta ahora nuestro ruego delante de ti, y ruega por nosotros a Jehová tu Dios por todo este resto (pues de muchos hemos quedado unos pocos, como nos ven tus ojos),

3 para que Jehová tu Dios nos enseñe el camino por donde vayamos, y lo que hemos de hacer.

4 Y el profeta Jeremías les dijo: He oído. He aquí que voy a orar a Jehová vuestro Dios, como habéis dicho, y todo lo que Jehová os respondiere, os enseñaré; no os reservaré palabra.

5 Y ellos dijeron a Jeremías: Jehová sea entre nosotros testigo de la verdad y de la lealtad, si no hiciéremos conforme a todo aquello para lo cual Jehová tu Dios te enviare a nosotros.

6 Sea bueno, sea malo, a la voz de Jehová nuestro Dios al cual te enviamos, obedeceremos, para que obedeciendo a la voz de Jehová nuestro Dios nos vaya bien.

7 Aconteció que al cabo de diez días vino palabra de Jehová a Jeremías.

8 Y llamó a Johanán hijo de Carea y a todos los oficiales de la gente de guerra que con él estaban, y a todo el pueblo desde el menor hasta el mayor;

9 y les dijo: Así ha dicho Jehová Dios de Israel, al cual me enviasteis para presentar vuestros ruegos en su presencia:

10 Si os quedareis quietos en esta tierra, os edificaré, y no os destruiré; os plantaré, y no os arrancaré; porque estoy arrepentido del mal que os he hecho.

11 No temáis de la presencia del rey de Babilonia, del cual tenéis temor; no temáis de su presencia, ha dicho Jehová, porque con vosotros estoy yo para salvaros y libraros de su mano;

12 y tendré de vosotros misericordia, y él tendrá misericordia de vosotros y os hará regresar a vuestra tierra.

13 Mas si dijereis: No moraremos en esta tierra, no obedeciendo así a la voz de Jehová vuestro Dios,

14 diciendo: No, sino que entraremos en la tierra de Egipto, en la cual no veremos guerra, ni oiremos sonido de trompeta, ni padeceremos hambre, y allá moraremos;

15 ahora por eso, oíd la palabra de Jehová, remanente de Judá: Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Si vosotros volviereis vuestros rostros para entrar en Egipto, y entrareis para morar allá,

16 sucederá que la espada que teméis, os alcanzará allí en la tierra de Egipto, y el hambre de que tenéis temor, allá en Egipto os perseguirá; y allí moriréis.

17 Todos los hombres que volvieren sus rostros para entrar en Egipto para morar allí, morirán a espada, de hambre y de pestilencia; no habrá de ellos quien quede vivo, ni quien escape delante del mal que traeré yo sobre ellos.

18 Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Como se derramó mi enojo y mi ira sobre los moradores de Jerusalén, así se derramará mi ira sobre vosotros cuando entrareis en Egipto; y seréis objeto de execración y de espanto, y de maldición y de afrenta; y no veréis más este lugar.

19 Jehová habló sobre vosotros, oh remanente de Judá: No vayáis a Egipto; sabed ciertamente que os lo aviso hoy.

20 ¿Por qué hicisteis errar vuestras almas? Pues vosotros me enviasteis a Jehová vuestro Dios, diciendo: Ora por nosotros a Jehová nuestro Dios, y haznos saber todas las cosas que Jehová nuestro Dios dijere, y lo haremos.

21 Y os lo he declarado hoy, y no habéis obedecido a la voz de Jehová vuestro Dios, ni a todas las cosas por las cuales me envió a vosotros.

22 Ahora, pues, sabed de cierto que a espada, de hambre y de pestilencia moriréis en el lugar donde deseasteis entrar para morar allí.

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Jeremías 43

La emigración a Egipto

1 Aconteció que cuando Jeremías acabó de hablar a todo el pueblo todas las palabras de Jehová Dios de ellos, todas estas palabras por las cuales Jehová Dios de ellos le había enviado a ellos mismos,

2 dijo Azarías hijo de Osaías y Johanán hijo de Carea, y todos los varones soberbios dijeron a Jeremías: Mentira dices; no te ha enviado Jehová nuestro Dios para decir: No vayáis a Egipto para morar allí,

3 sino que Baruc hijo de Nerías te incita contra nosotros, para entregarnos en manos de los caldeos, para matarnos y hacernos transportar a Babilonia.

4 No obedeció, pues, Johanán hijo de Carea y todos los oficiales de la gente de guerra y todo el pueblo, a la voz de Jehová para quedarse en tierra de Judá,

5 sino que tomó Johanán hijo de Carea y todos los oficiales de la gente de guerra, a todo el remanente de Judá que se había vuelto de todas las naciones donde había sido echado, para morar en tierra de Judá;

6 a hombres y mujeres y niños, y a las hijas del rey y a toda persona que había dejado Nabuzaradán capitán de la guardia con Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán, y al profeta Jeremías y a Baruc hijo de Nerías,

7 y entraron en tierra de Egipto,porque no obedecieron a la voz de Jehová; y llegaron hasta Tafnes.

8 Y vino palabra de Jehová a Jeremías en Tafnes, diciendo:

9 Toma con tu mano piedras grandes, y cúbrelas de barro en el enladrillado que está a la puerta de la casa de Faraón en Tafnes, a vista de los hombres de Judá;

10 y diles: Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí yo enviaré y tomaré a Nabucodonosor rey de Babilonia, mi siervo, y pondré su trono sobre estas piedras que he escondido, y extenderá su pabellón sobre ellas.

11 Y vendrá y asolará la tierra de Egipto; los que a muerte, a muerte, y los que a cautiverio, a cautiverio, y los que a espada, a espada.

12 Y pondrá fuego a los templos de los dioses de Egipto y los quemará, y a ellos los llevará cautivos; y limpiará la tierra de Egipto, como el pastor limpia su capa, y saldrá de allá en paz.

13 Además quebrará las estatuas de Bet-semes, que está en tierra de Egipto, y los templos de los dioses de Egipto quemará a fuego.

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Jeremías 44

Jeremías profetiza a los judíos en Egipto

1 Palabra que vino a Jeremías acerca de todos los judíos que moraban en la tierra de Egipto, que vivían en Migdol, en Tafnes, en Menfis y en tierra de Patros, diciendo:

2 Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Vosotros habéis visto todo el mal que traje sobre Jerusalén y sobre todas las ciudades de Judá; y he aquí que ellas están el día de hoy asoladas; no hay quien more en ellas,

3 a causa de la maldad que ellos cometieron para enojarme, yendo a ofrecer incienso, honrando a dioses ajenos que ellos no habían conocido, ni vosotros ni vuestros padres.

4 Y envié a vosotros todos mis siervos los profetas, desde temprano y sin cesar, para deciros: No hagáis esta cosa abominable que yo aborrezco.

5 Pero no oyeron ni inclinaron su oído para convertirse de su maldad, para dejar de ofrecer incienso a dioses ajenos.

6 Se derramó, por tanto, mi ira y mi furor, y se encendió en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén, y fueron puestas en soledad y en destrucción, como están hoy.

7 Ahora, pues, así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: ¿Por qué hacéis tan grande mal contra vosotros mismos, para ser destruidos el hombre y la mujer, el muchacho y el niño de pecho de en medio de Judá, sin que os quede remanente alguno,

8 haciéndome enojar con las obras de vuestras manos, ofreciendo incienso a dioses ajenos en la tierra de Egipto, adonde habéis entrado para vivir, de suerte que os acabéis, y seáis por maldición y por oprobio a todas las naciones de la tierra?

9 ¿Os habéis olvidado de las maldades de vuestros padres, de las maldades de los reyes de Judá, de las maldades de sus mujeres, de vuestras maldades y de las maldades de vuestras mujeres, que hicieron en la tierra de Judá y en las calles de Jerusalén?

10 No se han humillado hasta el día de hoy, ni han tenido temor, ni han caminado en mi ley ni en mis estatutos, los cuales puse delante de vosotros y delante de vuestros padres.

11 Por tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí que yo vuelvo mi rostro contra vosotros para mal, y para destruir a todo Judá.

12 Y tomaré el resto de Judá que volvieron sus rostros para ir a tierra de Egipto para morar allí, y en tierra de Egipto serán todos consumidos; caerán a espada, y serán consumidos de hambre; a espada y de hambre morirán desde el menor hasta el mayor, y serán objeto de execración, de espanto, de maldición y de oprobio.

13 Pues castigaré a los que moran en tierra de Egipto como castigué a Jerusalén, con espada, con hambre y con pestilencia.

14 Y del resto de los de Judá que entraron en la tierra de Egipto para habitar allí, no habrá quien escape, ni quien quede vivo para volver a la tierra de Judá, por volver a la cual suspiran ellos para habitar allí; porque no volverán sino algunos fugitivos.

15 Entonces todos los que sabían que sus mujeres habían ofrecido incienso a dioses ajenos, y todas las mujeres que estaban presentes, una gran concurrencia, y todo el pueblo que habitaba en tierra de Egipto, en Patros, respondieron a Jeremías, diciendo:

16 La palabra que nos has hablado en nombre de Jehová, no la oiremos de ti;

17 sino que ciertamente pondremos por obra toda palabra que ha salido de nuestra boca, para ofrecer incienso a la reina del cielo, derramándole libaciones, como hemos hecho nosotros y nuestros padres, nuestros reyes y nuestros príncipes, en las ciudades de Judá y en las plazas de Jerusalén, y tuvimos abundancia de pan, y estuvimos alegres, y no vimos mal alguno.

18 Mas desde que dejamos de ofrecer incienso a la reina del cielo y de derramarle libaciones, nos falta todo, y a espada y de hambre somos consumidos.

19 Y cuando ofrecimos incienso a la reina del cielo, y le derramamos libaciones, ¿acaso le hicimos nosotras tortas para tributarle culto, y le derramamos libaciones, sin consentimiento de nuestros maridos?

20 Y habló Jeremías a todo el pueblo, a los hombres y a las mujeres y a todo el pueblo que le había respondido esto, diciendo:

21 ¿No se ha acordado Jehová, y no ha venido a su memoria el incienso que ofrecisteis en las ciudades de Judá, y en las calles de Jerusalén, vosotros y vuestros padres, vuestros reyes y vuestros príncipes y el pueblo de la tierra?

22 Y no pudo sufrirlo más Jehová, a causa de la maldad de vuestras obras, a causa de las abominaciones que habíais hecho; por tanto, vuestra tierra fue puesta en asolamiento, en espanto y en maldición, hasta quedar sin morador, como está hoy.

23 Porque ofrecisteis incienso y pecasteis contra Jehová, y no obedecisteis a la voz de Jehová, ni anduvisteis en su ley ni en sus estatutos ni en sus testimonios; por tanto, ha venido sobre vosotros este mal, como hasta hoy.

24 Y dijo Jeremías a todo el pueblo, y a todas las mujeres: Oíd palabra de Jehová, todos los de Judá que estáis en tierra de Egipto.

25 Así ha hablado Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, diciendo: Vosotros y vuestras mujeres hablasteis con vuestras bocas, y con vuestras manos lo ejecutasteis, diciendo: Cumpliremos efectivamente nuestros votos que hicimos, de ofrecer incienso a la reina del cielo y derramarle libaciones; confirmáis a la verdad vuestros votos, y ponéis vuestros votos por obra.

26 Por tanto, oíd palabra de Jehová, todo Judá que habitáis en tierra de Egipto: He aquí he jurado por mi grande nombre, dice Jehová, que mi nombre no será invocado más en toda la tierra de Egipto por boca de ningún hombre de Judá, diciendo: Vive Jehová el Señor.

27 He aquí que yo velo sobre ellos para mal, y no para bien; y todos los hombres de Judá que están en tierra de Egipto serán consumidos a espada y de hambre, hasta que perezcan del todo.

28 Y los que escapen de la espada volverán de la tierra de Egipto a la tierra de Judá, pocos hombres; sabrá, pues, todo el resto de Judá que ha entrado en Egipto a morar allí, la palabra de quién ha de permanecer: si la mía, o la suya.

29 Y esto tendréis por señal, dice Jehová, de que en este lugar os castigo, para que sepáis que de cierto permanecerán mis palabras para mal sobre vosotros.

30 Así ha dicho Jehová: He aquí que yo entrego a Faraón Hofra rey de Egipto en mano de sus enemigos, y en mano de los que buscan su vida, así como entregué a Sedequías rey de Judá en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia,su enemigo que buscaba su vida.

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Jeremías 45

Mensaje a Baruc

1 Palabra que habló el profeta Jeremías a Baruc hijo de Nerías, cuando escribía en el libro estas palabras de boca de Jeremías, en el año cuarto de Joacimhijo de Josías rey de Judá, diciendo:

2 Así ha dicho Jehová Dios de Israel a ti, oh Baruc:

3 Tú dijiste: ¡Ay de mí ahora!, porque ha añadido Jehová tristeza a mi dolor; fatigado estoy de gemir, y no he hallado descanso.

4 Así le dirás: Ha dicho Jehová: He aquí que yo destruyo a los que edifiqué, y arranco a los que planté, y a toda esta tierra.

5 ¿Y tú buscas para ti grandezas? No las busques; porque he aquí que yo traigo mal sobre toda carne, ha dicho Jehová; pero a ti te daré tu vida por botín en todos los lugares adonde fueres.

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Jeremías 46

Profecías acerca de Egipto

1 Palabra de Jehová que vino al profeta Jeremías, contra las naciones.

2 Con respecto a Egipto:contra el ejército de Faraón Necao rey de Egipto, que estaba cerca del río Éufrates en Carquemis, a quien destruyó Nabucodonosor rey de Babilonia, en el año cuarto de Joacim hijo de Josías, rey de Judá.

3 Preparad escudo y pavés, y venid a la guerra.

4 Uncid caballos y subid, vosotros los jinetes, y poneos con yelmos; limpiad las lanzas, vestíos las corazas.

5 ¿Por qué los vi medrosos, retrocediendo? Sus valientes fueron deshechos, y huyeron sin volver a mirar atrás; miedo de todas partes, dice Jehová.

6 No huya el ligero, ni el valiente escape; al norte junto a la ribera del Éufrates tropezaron y cayeron.

7 ¿Quién es este que sube como río, y cuyas aguas se mueven como ríos?

8 Egipto como río se ensancha, y las aguas se mueven como ríos, y dijo: Subiré, cubriré la tierra, destruiré a la ciudad y a los que en ella moran.

9 Subid, caballos, y alborotaos, carros, y salgan los valientes; los etíopes y los de Put que toman escudo, y los de Lud que toman y entesan arco.

10 Mas ese día será para Jehová Dios de los ejércitos día de retribución, para vengarse de sus enemigos; y la espada devorará y se saciará, y se embriagará de la sangre de ellos; porque sacrificio será para Jehová Dios de los ejércitos, en tierra del norte junto al río Éufrates.

11 Sube a Galaad, y toma bálsamo, virgen hija de Egipto; por demás multiplicarás las medicinas; no hay curación para ti.

12 Las naciones oyeron tu afrenta, y tu clamor llenó la tierra; porque valiente tropezó contra valiente, y cayeron ambos juntos.

13 Palabra que habló Jehová al profeta Jeremías acerca de la venida de Nabucodonosor rey de Babilonia, para asolar la tierra de Egipto:

14 Anunciad en Egipto, y haced saber en Migdol; haced saber también en Menfis y en Tafnes; decid: Ponte en pie y prepárate, porque espada devorará tu comarca.

15 ¿Por qué ha sido derribada tu fortaleza? No pudo mantenerse firme, porque Jehová la empujó.

16 Multiplicó los caídos, y cada uno cayó sobre su compañero; y dijeron: Levántate y volvámonos a nuestro pueblo, y a la tierra de nuestro nacimiento, huyamos ante la espada vencedora.

17 Allí gritaron: Faraón rey de Egipto es destruido; dejó pasar el tiempo señalado.

18 Vivo yo, dice el Rey, cuyo nombre es Jehová de los ejércitos, que como Tabor entre los montes, y como Carmelo junto al mar, así vendrá.

19 Hazte enseres de cautiverio, moradora hija de Egipto; porque Menfis será desierto, y será asolada hasta no quedar morador.

20 Becerra hermosa es Egipto; mas viene destrucción, del norte viene.

21 Sus soldados mercenarios también en medio de ella como becerros engordados; porque también ellos volvieron atrás, huyeron todos sin pararse, porque vino sobre ellos el día de su quebrantamiento, el tiempo de su castigo.

22 Su voz saldrá como de serpiente; porque vendrán los enemigos, y con hachas vendrán a ella como cortadores de leña.

23 Cortarán sus bosques, dice Jehová, aunque sean impenetrables; porque serán más numerosos que langostas, no tendrán número.

24 Se avergonzará la hija de Egipto; entregada será en manos del pueblo del norte.

25 Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, ha dicho: He aquí que yo castigo a Amón dios de Tebas, a Faraón, a Egipto, y a sus dioses y a sus reyes; así a Faraón como a los que en él confían.

26 Y los entregaré en mano de los que buscan su vida, en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia y en mano de sus siervos; pero después será habitado como en los días pasados, dice Jehová.

27 Y tú no temas, siervo mío Jacob, ni desmayes, Israel; porque he aquí yo te salvaré de lejos, y a tu descendencia de la tierra de su cautividad. Y volverá Jacob, y descansará y será prosperado, y no habrá quién lo atemorice.

28 Tú, siervo mío Jacob, no temas, dice Jehová, porque yo estoy contigo; porque destruiré a todas las naciones entre las cuales te he dispersado; pero a ti no te destruiré del todo, sino que te castigaré con justicia; de ninguna manera te dejaré sin castigo.

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Jeremías 47

Profecía sobre los filisteos

1 Palabra de Jehová que vino al profeta Jeremías acerca de los filisteos,antes que Faraón destruyese a Gaza.

2 Así ha dicho Jehová: He aquí que suben aguas del norte, y se harán torrente; inundarán la tierra y su plenitud, la ciudad y los moradores de ella; y los hombres clamarán, y lamentará todo morador de la tierra.

3 Por el sonido de los cascos de sus caballos, por el alboroto de sus carros, por el estruendo de sus ruedas, los padres no cuidaron a los hijos por la debilidad de sus manos;

4 a causa del día que viene para destrucción de todos los filisteos, para destruir a Tiro y a Sidón todo aliado que les queda todavía; porque Jehová destruirá a los filisteos, al resto de la costa de Caftor.

5 Gaza fue rapada, Ascalón ha perecido, y el resto de su valle; ¿hasta cuándo te sajarás?

6 Oh espada de Jehová, ¿hasta cuándo reposarás? Vuelve a tu vaina, reposa y sosiégate.

7 ¿Cómo reposarás? pues Jehová te ha enviado contra Ascalón, y contra la costa del mar, allí te puso.

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Jeremías 48

Profecía sobre Moab

1 Acerca de Moab.Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: ¡Ay de Nebo! porque fue destruida y avergonzada: Quiriataim fue tomada; fue confundida Misgab, y desmayó.

2 No se alabará ya más Moab; en Hesbón maquinaron mal contra ella, diciendo: Venid, y quitémosla de entre las naciones. También tú, Madmena, serás cortada; espada irá en pos de ti.

3 ¡Voz de clamor de Horonaim, destrucción y gran quebrantamiento!

4 Moab fue quebrantada; hicieron que se oyese el clamor de sus pequeños.

5 Porque a la subida de Luhit con llanto subirá el que llora; porque a la bajada de Horonaim los enemigos oyeron clamor de quebranto.

6 Huid, salvad vuestra vida, y sed como retama en el desierto.

7 Pues por cuanto confiaste en tus bienes y en tus tesoros, tú también serás tomada; y Quemos será llevado en cautiverio, sus sacerdotes y sus príncipes juntamente.

8 Y vendrá destruidor a cada una de las ciudades, y ninguna ciudad escapará; se arruinará también el valle, y será destruida la llanura, como ha dicho Jehová.

9 Dad alas a Moab, para que se vaya volando; pues serán desiertas sus ciudades hasta no quedar en ellas morador.

10 Maldito el que hiciere indolentemente la obra de Jehová, y maldito el que detuviere de la sangre su espada.

11 Quieto estuvo Moab desde su juventud, y sobre su sedimento ha estado reposado, y no fue vaciado de vasija en vasija, ni nunca estuvo en cautiverio; por tanto, quedó su sabor en él, y su olor no se ha cambiado.

12 Por eso vienen días, ha dicho Jehová, en que yo le enviaré trasvasadores que le trasvasarán; y vaciarán sus vasijas, y romperán sus odres.

13 Y se avergonzará Moab de Quemos, como la casa de Israel se avergonzó de Bet-el, su confianza.

14 ¿Cómo, pues, diréis: Somos hombres valientes, y robustos para la guerra?

15 Destruido fue Moab, y sus ciudades asoladas, y sus jóvenes escogidos descendieron al degolladero, ha dicho el Rey, cuyo nombre es Jehová de los ejércitos.

16 Cercano está el quebrantamiento de Moab para venir, y su mal se apresura mucho.

17 Compadeceos de él todos los que estáis alrededor suyo; y todos los que sabéis su nombre, decid: ¡Cómo se quebró la vara fuerte, el báculo hermoso!

18 Desciende de la gloria, siéntate en tierra seca, moradora hija de Dibón; porque el destruidor de Moab subió contra ti, destruyó tus fortalezas.

19 Párate en el camino, y mira, oh moradora de Aroer; pregunta a la que va huyendo, y a la que escapó; dile: ¿Qué ha acontecido?

20 Se avergonzó Moab, porque fue quebrantado; lamentad y clamad; anunciad en Arnón que Moab es destruido.

21 Vino juicio sobre la tierra de la llanura; sobre Holón, sobre Jahaza, sobre Mefaat,

22 sobre Dibón, sobre Nebo, sobre Bet-diblataim,

23 sobre Quiriataim, sobre Bet-gamul, sobre Bet-meón,

24 sobre Queriot, sobre Bosra y sobre todas las ciudades de tierra de Moab, las de lejos y las de cerca.

25 Cortado es el poder de Moab, y su brazo quebrantado, dice Jehová.

26 Embriagadle, porque contra Jehová se engrandeció; y revuélquese Moab sobre su vómito, y sea también él por motivo de escarnio.

27 ¿Y no te fue a ti Israel por motivo de escarnio, como si lo tomaran entre ladrones? Porque cuando de él hablaste, tú te has burlado.

28 Abandonad las ciudades y habitad en peñascos, oh moradores de Moab, y sed como la paloma que hace nido en la boca de la caverna.

29 Hemos oído la soberbia de Moab, que es muy soberbio, arrogante, orgulloso, altivo y altanero de corazón.

30 Yo conozco, dice Jehová, su cólera, pero no tendrá efecto; sus jactancias no le aprovecharán.

31 Por tanto, yo aullaré sobre Moab; sobre todo Moab haré clamor, y sobre los hombres de Kir-hares gemiré.

32 Con llanto de Jazer lloraré por ti, oh vid de Sibma; tus sarmientos pasaron el mar, llegaron hasta el mar de Jazer; sobre tu cosecha y sobre tu vendimia vino el destruidor.

33 Y será cortada la alegría y el regocijo de los campos fértiles, de la tierra de Moab; y de los lagares haré que falte el vino; no pisarán con canción; la canción no será canción.

34 El clamor de Hesbón llega hasta Eleale; hasta Jahaza dieron su voz; desde Zoar hasta Horonaim, becerra de tres años; porque también las aguas de Nimrim serán destruidas.

35 Y exterminaré de Moab, dice Jehová, a quien sacrifique sobre los lugares altos, y a quien ofrezca incienso a sus dioses.

36 Por tanto, mi corazón resonará como flautas por causa de Moab, asimismo resonará mi corazón a modo de flautas por los hombres de Kir-hares; porque perecieron las riquezas que habían hecho.

37 Porque toda cabeza será rapada, y toda barba raída; sobre toda mano habrá rasguños, y cilicio sobre todo lomo.

38 Sobre todos los terrados de Moab, y en sus calles, todo él será llanto; porque yo quebranté a Moab como a vasija que no agrada, dice Jehová.

39 ¡Lamentad! ¡Cómo ha sido quebrantado! ¡Cómo volvió la espalda Moab, y fue avergonzado! Fue Moab objeto de escarnio y de espanto a todos los que están en sus alrededores.

40 Porque así ha dicho Jehová: He aquí que como águila volará, y extenderá sus alas contra Moab.

41 Tomadas serán las ciudades, y tomadas serán las fortalezas; y será aquel día el corazón de los valientes de Moab como el corazón de mujer en angustias.

42 Y Moab será destruido hasta dejar de ser pueblo, porque se engrandeció contra Jehová.

43 Miedo y hoyo y lazo contra ti, oh morador de Moab, dice Jehová.

44 El que huyere del miedo caerá en el hoyo, y el que saliere del hoyo será preso en el lazo; porque yo traeré sobre él, sobre Moab, el año de su castigo, dice Jehová.

45 A la sombra de Hesbón se pararon sin fuerzas los que huían; mas salió fuego de Hesbón, y llama de en medio de Sehón, y quemó el rincón de Moab, y la coronilla de los hijos revoltosos.

46 ¡Ay de ti, Moab! pereció el pueblo de Quemos; porque tus hijos fueron puestos presos para cautividad, y tus hijas para cautiverio.

47 Pero haré volver a los cautivos de Moab en lo postrero de los tiempos, dice Jehová. Hasta aquí es el juicio de Moab.

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Jeremías

Jeremías 49

Profecía sobre los amonitas

1 Acerca de los hijos de Amón.Así ha dicho Jehová: ¿No tiene hijos Israel? ¿No tiene heredero? ¿Por qué Milcom ha desposeído a Gad, y su pueblo se ha establecido en sus ciudades?

2 Por tanto, vienen días, ha dicho Jehová, en que haré oír clamor de guerra en Rabá de los hijos de Amón; y será convertida en montón de ruinas, y sus ciudades serán puestas a fuego, e Israel tomará por heredad a los que los tomaron a ellos, ha dicho Jehová.

3 Lamenta, oh Hesbón, porque destruida es Hai; clamad, hijas de Rabá, vestíos de cilicio, endechad, y rodead los vallados, porque Milcom fue llevado en cautiverio, sus sacerdotes y sus príncipes juntamente.

4 ¿Por qué te glorías de los valles? Tu valle se deshizo, oh hija contumaz, la que confía en sus tesoros, la que dice: ¿Quién vendrá contra mí?

5 He aquí yo traigo sobre ti espanto, dice el Señor, Jehová de los ejércitos, de todos tus alrededores; y seréis lanzados cada uno derecho hacia adelante, y no habrá quien recoja a los fugitivos.

6 Y después de esto haré volver a los cautivos de los hijos de Amón, dice Jehová.

Profecía sobre Edom

7 Acerca de Edom.Así ha dicho Jehová de los ejércitos: ¿No hay más sabiduría en Temán? ¿Se ha acabado el consejo en los sabios? ¿Se corrompió su sabiduría?

8 Huid, volveos atrás, habitad en lugares profundos, oh moradores de Dedán; porque el quebrantamiento de Esaú traeré sobre él en el tiempo en que lo castigue.

9 Si vendimiadores hubieran venido contra ti, ¿no habrían dejado rebuscos? Si ladrones de noche, ¿no habrían tomado lo que les bastase?

10 Mas yo desnudaré a Esaú, descubriré sus escondrijos, y no podrá esconderse; será destruida su descendencia, sus hermanos y sus vecinos, y dejará de ser.

11 Deja tus huérfanos, yo los criaré; y en mí confiarán tus viudas.

12 Porque así ha dicho Jehová: He aquí que los que no estaban condenados a beber el cáliz, beberán ciertamente; ¿y serás tú absuelto del todo? No serás absuelto, sino que ciertamente beberás.

13 Porque por mí he jurado, dice Jehová, que asolamiento, oprobio, soledad y maldición será Bosra, y todas sus ciudades serán desolaciones perpetuas.

14 La noticia oí, que de Jehová había sido enviado mensajero a las naciones, diciendo: Juntaos y venid contra ella, y subid a la batalla.

15 He aquí que te haré pequeño entre las naciones, menospreciado entre los hombres.

16 Tu arrogancia te engañó, y la soberbia de tu corazón. Tú que habitas en cavernas de peñas, que tienes la altura del monte, aunque alces como águila tu nido, de allí te haré descender, dice Jehová.

17 Y se convertirá Edom en desolación; todo aquel que pasare por ella se asombrará, y se burlará de todas sus calamidades.

18 Como sucedió en la destrucción de Sodoma y de Gomorra y de sus ciudades vecinas,dice Jehová, así no morará allí nadie, ni la habitará hijo de hombre.

19 He aquí que como león subirá de la espesura del Jordán contra la bella y robusta; porque muy pronto le haré huir de ella, y al que fuere escogido la encargaré; porque ¿quién es semejante a mí, y quién me emplazará? ¿Quién será aquel pastor que me podrá resistir?

20 Por tanto, oíd el consejo que Jehová ha acordado sobre Edom, y sus pensamientos que ha resuelto sobre los moradores de Temán. Ciertamente a los más pequeños de su rebaño los arrastrarán, y destruirán sus moradas con ellos.

21 Del estruendo de la caída de ellos la tierra temblará, y el grito de su voz se oirá en el Mar Rojo.

22 He aquí que como águila subirá y volará, y extenderá sus alas contra Bosra; y el corazón de los valientes de Edom será en aquel día como el corazón de mujer en angustias.

Profecía sobre Damasco

23 Acerca de Damasco.Se confundieron Hamat y Arfad, porque oyeron malas nuevas; se derritieron en aguas de desmayo, no pueden sosegarse.

24 Se desmayó Damasco, se volvió para huir, y le tomó temblor y angustia, y dolores le tomaron, como de mujer que está de parto.

25 ¡Cómo dejaron a la ciudad tan alabada, la ciudad de mi gozo!

26 Por tanto, sus jóvenes caerán en sus plazas, y todos los hombres de guerra morirán en aquel día, ha dicho Jehová de los ejércitos.

27 Y haré encender fuego en el muro de Damasco, y consumirá las casas de Ben-adad.

Profecía sobre Cedar y Hazor

28 Acerca de Cedar y de los reinos de Hazor, los cuales asoló Nabucodonosor rey de Babilonia. Así ha dicho Jehová: Levantaos, subid contra Cedar, y destruid a los hijos del oriente.

29 Sus tiendas y sus ganados tomarán; sus cortinas y todos sus utensilios y sus camellos tomarán para sí, y clamarán contra ellos: Miedo alrededor.

30 Huid, idos muy lejos, habitad en lugares profundos, oh moradores de Hazor, dice Jehová; porque tomó consejo contra vosotros Nabucodonosor rey de Babilonia, y contra vosotros ha formado un designio.

31 Levantaos, subid contra una nación pacífica que vive confiadamente, dice Jehová, que ni tiene puertas ni cerrojos, que vive solitaria.

32 Serán sus camellos por botín, y la multitud de sus ganados por despojo; y los esparciré por todos los vientos, arrojados hasta el último rincón; y de todos lados les traeré su ruina, dice Jehová.

33 Hazor será morada de chacales, soledad para siempre; ninguno morará allí, ni la habitará hijo de hombre.

Profecía sobre Elam

34 Palabra de Jehová que vino al profeta Jeremías acerca de Elam, en el principio del reinado de Sedequías rey de Judá, diciendo:

35 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: He aquí que yo quiebro el arco de Elam, parte principal de su fortaleza.

36 Traeré sobre Elam los cuatro vientos de los cuatro puntos del cielo, y los aventaré a todos estos vientos; y no habrá nación a donde no vayan fugitivos de Elam.

37 Y haré que Elam se intimide delante de sus enemigos, y delante de los que buscan su vida; y traeré sobre ellos mal, y el ardor de mi ira, dice Jehová; y enviaré en pos de ellos espada hasta que los acabe.

38 Y pondré mi trono en Elam, y destruiré a su rey y a su príncipe, dice Jehová.

39 Pero acontecerá en los últimos días, que haré volver a los cautivos de Elam, dice Jehová.

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